“Meter la pata”
Ricardo Teodoro Ricci (riccirt@fm.unt.edu.ar)
24 de julio de 2020
“Vivir una vida cometiendo errores no es sólo más honorable, sino más
útil que vivir una vida haciendo nada.”
George Bernhard Shaw
Jennifer Egan[1] sobre la escritura, la trampa de la aprobación y el consejo más importante para los aspirantes a escritores:
"Solo puedes escribir regularmente si estás dispuesto a escribir mal... Acepta la mala escritura como una forma de “cebar la bomba”, un ejercicio de calentamiento que te permitirá escribir bien".
Es el mejor de los consejos para quien se inicia en la escritura, o para quien desea iniciarse en cualquier actividad de la vida.
¡Vamos Topo a dar tu primer paso! Y el Topo se cae sentado sobre sus pañales. ¡Arriba que vamos de nuevo! Una y otra vez la fuerza de gravedad y la seguridad del gateo, tientan al Topo a no modificar la situación. Es preferible permanecer en la zona de confort, se dice para sí. Una y otra vez se para, intenta, se cae, se frustra.
¡Vamos de nuevo con la ayuda de papá! ¡Y el 23 de noviembre de 2003, siendo las 11 horas, 47 minutos, dio su primer paso! Festejos, escándalo, filmaciones. ¡Se cayó inmediatamente! No importa, dio su primer paso, ahora no lo parás más.
Con la bici pasó lo mismo, con la natación algo similar. Con las sumas, las restas, con el sujeto y el predicado. Con las ecuaciones y los logaritmos, las rimas, la clorofila y el electrón. Siempre pasó lo mismo, ¡no puedo, hasta que puedo!
Entre el querer y no poder, y el poder hacer medianamente aceptable, hay un territorio peliagudo que hay que transitar con voluntad y determinación. Un duro camino de agua con gusto a cloro y rodillas magulladas. Una senda en donde el esfuerzo cosecha una sarta de metidas de pata. Donde el ensayo siempre termina en error hasta que esa tendencia se invierte convirtiéndose en el gozo de poder, en la celebración del logro.
Esto, palabras más palabras menos, es a lo que nos invita Egan.
Si deseas escribir, ¡escribe! Habrá numerosas metidas de pata que te servirán para “cebar la bomba”. Observa el hermoso juego de las metáforas que te alientan a intentarlo una y otra vez.
¡Mete la pata que ya podrás sacarla del barro! Ceba la bomba que sólo cuando está bien cebada puede darnos agua.
Después de todo no hay nada más honorable y útil para vivir que cometer y enmendar nuestros errores.
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